¿Porque recordamos?
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¿Porque recordamos?

Desde hace varias semanas he estado recordando la ciudad de Roma, Italia, estoy seguro de que es porque esa ciudad me encantó y hasta ahora de lo que conozco es mi ciudad favorita; pero esto lo atribuyo a lo bien que nos hace recordar, la energía que genera, las historias nuevas que surgen, entre muchas cosas que se evoca con los recuerdos.

Recordar es una de esas acciones inevitables que tenemos, en nosotros esta la forma en que recordamos, algunos lo hacen de mala manera y solo sirve para causarse un cierto malestar que no vale la pena, según sea el momento recordado, o la experiencia, pero me centro en los buenos recuerdos, esos que puede ser un sabor, una sensación, o una visita con tus abuelos, esos que ya no esta el día de hoy.

Los abuelos son una enciclopedia de recuerdos y de historias; hace unos días, la casa que era de mi abuela, después de varios años en el abandono será ocupada por uno de sus hijos, y eso es bueno, porque habrá vida nuevamente, recobrara color, aunque de manera distinta, pero con vida, y por eso no deja uno de recordar tantos años , tantas vivencias, tanta gente que paso por sus cuartos, su cocina, sus pasillos, esos pasillos que vieron fiestas, posadas, navidades , y hasta funerales.

Y todos esos momentos mencionados han sido buenos.

Empecé escribiendo de Roma, y que mejor recuerdo que un viaje, en lo personal me encantan, dice Ibn Battuta: “viajar te deja sin palabras y después te convierte en un narrador de historias”, y lo es…

Quien en una reunión no ha platicado esa experiencia de cuando perdió un vuelo, cuando no llego su equipaje, cuando no entendía el idioma y tardo horas en saber como tomar un taxi, un metro, como llegar a su hotel, o hasta cuando se te olvida tu ropa (convenientemente jajaja), recuerdos muchos, historias aún más.

Yo he venido recordando que hace un año tuve mi primer vuelo intercontinental, y me encantó, a veces perdemos esa sensación de hacer algo por primera vez, esa capacidad de asombro de la cual nutrimos nuestra alma, que crecemos como seres, y volvemos a ser niños, con la emoción de saber que estaremos en un tubo por 14 horas con otras 250 personas (que después de la 7ma hora estas harto) pero cuando llegas al objetivo todo vale la pena.

Recordar el asombro que te genero subirte al metro, el que genera la primera bebida en un lugar que habíamos visto en revistas o que los libros nos lo habían contado, es simplemente excepcional, las palabras sobran, la historia cambiara en cada plática, pero la esencia es la misma, y sobre todo la pasión con que lo recordamos.

No perdamos esa capacidad de asombro, esa manera en la que contamos las historias, esa sencillez de ver todo con ojos de humildad, que mucha falta nos hace en esta época, recordemos cada momento vivido, porque de ahí radica nuestra esencia como persona.

Solo es mi pensamiento.

Coliseo Romano
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