Última semana con 33 años
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Última semana con 33 años

Escribo haciendo digamos… un balance, no sé si es la palabra adecuada, pero sí la que más se acerca al sentimiento que siento, así que puedo decir que es un gran año.

Este año empecé festejando, comiendo, como buen mexicano la comida es el punto de reunión, y no necesariamente de México, creo que la comida es un momento que une, así que fue de ese modo, pero pensando en que esa semana me iría de mi ciudad, bueno…

Estuve en la selva, una selva paradisiaca hermosa, con un mar impresionante, con playas doradas, llena de buen ondismo; Estuve en un lago precioso, que parecía infinito, al pie de los volcanes, por eso Aldous Huxley lo describió como “el más bello del mundo”, entiendo por qué su descripción. También estuve en una ciudad completamente “Antigua”, devastada, olvidada y regenerada, un centro de energía, de gastronomía y de religión.

Estuve envuelto por unos días de neón, de glamur, de luces, de diversión 24/7, esa fiesta que pocos lugares en el mundo te pueden ofrecer. Estuve en la punta de la sierra, básicamente en “la puerta al cielo”, no sé si lo es, pero me gusta decirlo, y haber estado ahí, aunque sea de paso.

Este año fui digamos “deportado”, fui migrante, fui ciudadano, fui familia, fui amigo, fui desconocido, fui indiferente, fui obsesivo, fui aprendiz, fui inquilino, y mucho más fui.

Así fue como está por concluir mi año 33, un año en que aprendí de la desestabilidad, de la incertidumbre, de la emoción; aprendí que lo que creemos, si es lo que creemos, pero no por eso será un hecho, probablemente no se realizará nada como uno lo piensa, como uno lo planea, pero finalmente hay que divertirse, sea cual sea el resultado.

Aprendí que debemos tomarnos menos en serio las cosas, las situaciones, los momentos, y vaya que me ha costado, pero hay la llevo. Poco a poco la vida en general va tomando un curso nuevo, una cotidianeidad que muestra cómo será todo después de esta enfermedad, que ya lleva un año con nosotros.

Los 33 (la edad de cristo jajaja ya soy mayor que él), me han hecho una persona más grande, con mucho conocimiento y más desconocimiento, me generaron inquietud de hacer más, de ayudar, de aportar, pero también temeroso al fallo, a la pérdida de tiempo, a una mala inversión.

En fin, se acaban mis 33, agradezco por todo, y todos los que están, por los que este año aportaron algo en mí, y que me dieron la oportunidad de yo poder apórtales algo a ustedes. Agradezco a los que ya no están porque también dejaron algo en mí. Agradezco todo lo que vi, porque me maraville, porque me asombre, porque me emocioné. Agradezco todo lo que soy, el hombre que me he convertido, pero sigo sin dejar al niño que llevo dentro. Dicen los de U2 “El tiempo, el tiempo, el tiempo no me dejará como soy, pero el tiempo no sacará al chico de este hombre”.

Así que salud, por esté año, por esta última semana, por esta vida¡¡

San Pedro la Laguna, Lago Atitlán, Guatemala
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