De 10 kilos a un piso completo.
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De 10 kilos a un piso completo.

Hace ya mas de un mes que termino (de manera imprevista y consensuada) lo que seria un viaje de meses, sin una fecha límite, sin algo establecido, esto porque el mundo sigue enfermo, y cada día tenemos más noticias malas, y en mi país la gente no entiende, hasta yo mismo me he visto en la situación de no querer aceptar, porque ya ha sido mucho tiempo, porque ya ha mermado planes… porque estamos desesperados, en fin, pronto pasara.

Venia cargando en mi espalda 10 kilos, que, por cuestiones del viaje, de economía, era lo mejor; ahí cargaba lo esencial y lo que necesitaba, no más (no podía, o de poder tenia que pagar por ello jajaja y no iba a pagar), ahora debo de hacer una reingeniería, posiblemente no es ser un minimalista puro, porque no lo soy, me gusta el consumismo, pero tampoco volver al consumismo sin sentido, las cosas que uno adquiere (todo) debe tener un propósito.

Al llegar a León, surgió la pregunta ¿Qué sigue?, ya era momento de adelantar los planes, de replantearse el camino, hace unos meses dejé la burocracia a la cual pertenecía, tuve la sensación de la libertad, de ver el sol en un lago junto a volcanes, o junto al mar en una selva, y ahora debo ver que hacer atrás de un monitor bajo un techo que no era mío, un espacio al que no pertenecía.

La decisión, fue que ya era el momento de emprender; emprender ese negocio, esa idea que venía gestionándose desde hace ya mucho tiempo, esa gestión que solo le hacía falta “la necesidad”, aun no sé cómo, pero ahí va, va cobrando forma, muy lentamente, pero la tiene.

La solución, rentar un departamento (o un piso, según se lea), como todo proyecto nuevo, hay emoción; emoción por un lugar nuevo, por amueblar, por comprar desde electrodomésticos , hasta la pantalla para ver televisión, es todo un conjunto de emociones y decisiones; es adaptar un espacio, es hacerlo propio, es tener la decisión de lo que uno quiere y lo que no, sabiendo que esta es una raíz, que por un tiempo me mantendrá en este lugar.

Pase de los 10 kilos a tener muchos muebles, cosa que me hace más cómodo todo, las maquinas son una maravilla, solo no olvidar que no es una necesidad, solo es un distinto placer.
Esto va arrancando, es primera velocidad. La perspectiva cambio, el plan se adelantó, por lo que cuesta un poco retomar esa creatividad que había despertado, cuesta no tener miedo, cuesta convencerse uno mismo de lo que se esta haciendo, cuesta tomar decisiones; pero aquí vamos.

“La vida empieza donde el miedo acaba” (no conozco el autor, lo escuche en un podcast y me gustó)

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