17 May Felicidad…

Todos la buscamos, es a lo que aspiramos, es la respuesta que damos cuando nos preguntan, ¿que buscamos en la vida? Es por lo que trabajamos todos los días… y ¿aún no lo encontramos? …probablemente ya la dejamos pasar.

He leído varios libros, blogs, y las personas dicen que no es un fin, mucho menos algo tangible, es un proceso, y es en este proceso donde la encontramos, en esos detalles que pasan todos los días, en la cotidianidad del día a día, en lo que sea que hagamos.

Es aquí donde me surge la pregunta, ¿porque estamos tan acelerados por encontrarla? y ¿porque seguimos persiguiéndola en lo material, en las fotos, en los lugares, en las personas, en la comida, en el querer, querer y querer más, que siempre sea más? Porque más es felicidad. ¿no?

En ese proceso, esta nuestra historia, nuestra línea llamada vida, y por qué nos recordarán; y si bien no será por los logros (a menos que seas Malala, o Nelson Mandela) que sea por nuestros valores. Elijamos los valores que queremos para nosotros, definamos bien, aceptemos la realidad del mundo que nos rodea, el contexto en el que nos desarrollamos. Y de esa forma tomaremos una decisión de nuestra vida…

Es en este punto donde habrá un antes y un después: a partir de la decisión tomada podremos andar mas ligeros, con la convicción de saber que somos, lo que tenemos y lo que podemos ofrecer, no habrá pretensión, mucho menos poses, y así, solo así, mostrarnos de la manera más natural, y posiblemente seamos más felices.

La vida es demasiado corta, como para enfrascarnos en comparaciones, en auto juzgarnos, eso esta pasado de moda. Y no digo que no trabajes por objetivos y metas, eso es otro tema, solo no hay que perderse en el camino, porque ese camino es muy traicionero, y nos muestra caras tan perfectas, que es posible tomar esas bifurcaciones, y llegar a lugares sin salida

 Pongamos atención a las pequeñas cosas, a las personas, al tiempo. Y donde vemos dificultad, tedio, puede haber oportunidad. Pero eso, es cosa de valientes, ¿te animas?

*escrito mientras pienso como comprar un Aston Martín gris (irónico, ¿no?)