Espiritualidad
478
post-template-default,single,single-post,postid-478,single-format-standard,bridge-core-2.0.8,ajax_fade,page_not_loaded,,qode-title-hidden,qode_grid_1300,hide_top_bar_on_mobile_header,qode-content-sidebar-responsive,qode-theme-ver-19.5,qode-theme-bridge,disabled_footer_bottom,qode_header_in_grid,wpb-js-composer js-comp-ver-6.1,vc_responsive,elementor-default

Espiritualidad

¿Qué es?… no tengo la respuesta; solo sé que todas las personas merecen creer en algo, en lo que cada uno quiera, y que ese algo te reconforte, te guie, que genere en uno la capacidad de creer más, hacer más, juzgar menos, aprender más, asombrarte nuevamente.

La espiritualidad la podemos encontrar en muchos lugares, no es exclusiva de templos ni religiones; yo la he encontrado en un estadio, con miles de personas cantando la misma canción que yo, brincando de felicidad, con desconocidos, que por un momento nos unimos con el mismo fin de cantar a una sola voz.

Algo tradicional, la he encontrado en iglesias, y no necesariamente de una religión, era el momento, era la luz, era la gente, era el silencio lo que provocó en mi un movimiento interno, que se explayó en lágrimas, que me emocionó y mi piel se puso de “gallina”. Y esa espiritualidad la podemos encontrar en todos lados, cualquier persona, no es exclusivo.

La espiritualidad esta en uno.

Algunas veces la espiritualidad solo es parte de movernos de nuestra comodidad a la incomodidad; la incomodidad de algo nuevo, algo desconocido, algo interno, que solo nosotros como seres únicos podemos encontrar, ya que es algo propio, tratamos de encontrarla en libros, en lugares, en personas… y es probablemente ahí donde termina nuestra búsqueda y nos quedamos sin rumbo espiritual, y el sentido se nos agota. Cambiemos la perspectiva, abramos nuestra mente.

No todos somos seres iluminados, que encontraremos nuestra parte más profunda y emocional en un templó en Bali, en Angkor Wat, en la basílica de San Pedro, en las pirámides de Giza, o en esos lugares instagrameables, NO. Basta con comenzar a respirar conscientemente en el lugar en el que te encuentres, desconectarte de tu prisa, y por un momento ser consciente de que estas ahí presente, respirando.

Da miedo no saber, da miedo no tener, da miedo soltar, da miedo moverse; así que es momento de ser valiente, ver desde un ángulo distinto, tiempo y distancia, observar, y creo que ahí es donde estará surgiendo nuestra espiritualidad, nuestra creencia; puede reafirmarse lo que ya sabemos, o puede cuestionarse y generar cambios: no siempre es verdad la tradición con la que crecimos, podemos cuestionarla, podemos cambiar nosotros.

Entendamos que el mundo es nuestro, que nosotros somos el mundo, y que creamos en lo que sea, o decidamos no hacerlo, que sea eso, siempre una decisión.

No dejemos de hacer, no dejemos de probar, no hay que dejar nada para después. Pocas veces podemos volver a tener oportunidades de hacer lo mismo, nada es igual, el tiempo sigue avanzando, y al final la vida pasa, así que ¿cómo tomamos las oportunidades?

“Solo se volverá clara tu visión cuando puedas mirar en tu propio corazón, porque quien mira hacia afuera duerme y quien mira hacia adentro, despierta.” Carl Jung

El día que conocí la basílica de San Pedro, algo en mi me movió, y mucho.
No Comments

Post A Comment